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EFE

Francia comenzó este lunes el proceso de desescalada, muy progresivo, con un foco de atención particular en los transportes públicos y la nueva ley sobre la urgencia sanitaria todavía pendiente de entrar en vigor por cuestiones jurídicas.

Los transportes públicos, en especial en el área metropolitana de París, estuvieron bajo vigilancia desde primera hora de la mañana por ser uno de los principales lugares de contagio potencial, con brigadas de las propias compañías apoyadas por las fuerzas del orden.

En la Estación del Norte, la de más tráfico de la capital, decenas de empleados de la empresa del transporte metropolitano RATP, canalizaban la circulación de los viajeros -muchos menos de los que hay en tiempo normal- y a partir de las 7:00 de la mañana (5:00 GMT) repartieron mascarillas, inicialmente con un cierto desorden, ayudados por policías.

Las reglas de distanciamiento no se cumplían en muchos puntos de las estaciones, ni en el interior de algunos trenes de cercanías, como lo reconoció el Ministro de Sanidad, Olivier Véran, en una entrevista al canal BFMTV.

Desde este lunes es obligatorio en Francia llevar mascarilla en el transporte público y también en las estaciones, igual que es obligatorio en París tener un certificado de la empresa que justifique utilizarlo durante las horas punta, aunque las fuerzas del orden tienen la consigna de no imponer durante los primeros días las multas previstas, de 135 euros.

La RATP ha previsto para esta primera jornada de desconfinamiento la circulación de “más del 75 por ciento” de los metros, trenes de cercanías, tranvías y autobuses.

Más allá del transporte, este lunes pueden abrir todo tipo de comercios, salvo bares, cafés, restaurantes y hoteles, que tendrán que esperar al menos hasta comienzos de junio.

Tampoco lo pueden hacer algunos grandes centros comerciales y galerías en la región de París.

La población puede desplazarse ya desde este lunes sin necesidad de justificarlo en un radio de 100 kilómetros en torno a su domicilio. Más allá de esa distancia, sigue siendo necesario disponer de un motivo “imperioso”.

No están autorizados los viajes turísticos a otros países europeos de la zona Schengen y el Ministro de Sanidad dijo no saber en este momento si serán posibles durante el verano, algo que dependerá de la marcha de la epidemia.

El Gobierno francés esperaba que desde esta mañana estuviera en vigor la ley que prolonga el estado de urgencia sanitaria y fija las medidas de acompañamiento del desconfinamiento, pero no ha sido posible porque el Consejo Constitucional al que se pidió su dictamen, no lo emitirá hasta este lunes.

El Elíseo indicó en un comunicado que, para paliar el vacío, se ha publicado un decreto para este lunes y el martes que retoma las principales medidas de la ley, entre las que también figura la limitación de las reuniones en la vía pública y en espacios abiertos a diez personas.

Véran advirtió de que si la tasa de contaminación de las personas infectadas, que según sus servicios ahora es “un poco superior a 0.6”, subiera “de forma desbocada” se podrían volver a aplicar medidas más estrictas de confinamiento, lo que podría hacerse en ciertos territorios.

Para el Ministro de Sanidad, que es consciente de que con la desescalada esa tasa de contaminación aumentará, el objetivo es que no se supere el 1, que sería el nivel que indicaría que la epidemia progresa.