"La vida de esta artista ha transcurrido a través de una intensa y apasionada relación con el arte, a partir de los 13 años cuando se inscribió en La Esmeralda, y aún antes cuando en la infancia jugaba con plastilina y lápices de colores. Durante muchos años su pasión se cumplió fundamentalmente en la gráfica. Su obra es en ese campo amplísima: la anima el mundo de la infancia y la nostalgia de un universo que la autora no conoció personalmente, el de los objetos de ornato, el vestuario y peinado de las tres primeras décadas de este siglo. En este mundo existe siempre un misterio, un espacio de zozobra, un escalofrío de inquietud, y toda ella se apoya en una infinidad de detalles que perfilan y afinan ese misterioso central. En la obra de Leticia Tarragó, el detalle lo es todo. A partir de 1986, en Cancún, se produjo su primer reencuentro con el color. Luego, a principios de esta década, en un viaje a Alamos, Sonora, pinta una serie de paisajes acompañados de figuras fantasmales, que la sitúan de lleno en la pintura, reproduciendo en ella el clima de misterio que había introducido en su obra gráfica. El actual periodo, es un prodigio de imaginación y libertad. La pintora lleva esa libertad a uno de los géneros donde parece más difícil ejercerla, el retrato. Estas visiones captadas por el ojo de Leticia Tarragó constituyen una nueva aportación a la plástica mexicana.". Es parte de lo que escribió el maestro Sergio Pitol (+) en la edición "Expresión Plástica, 35 artistas", del IVEC, en 1995.

"Ser periodista implica ser alguien singular y admirable. Significa ser una persona curiosa y vivaz que no se permite creer nada hasta que no lo averigua por sí mismo y comprueba por lo circundante el qué, el quién, el cuándo, el cómo, el dónde y el por qué. Circunscribir al periodista meramente a su función reporteril sería limitar lo que es y debe ser su responsabilidad profesional. Los periodistas deben ser personas honestas, entendiéndose por honestidad un valor integral que tiene que ver fundamentalmente con un comportamiento y una actitud ante la vida. No sólo significa permanecer ajeno a los círculos de corrupción que plagan el periodismo mexicano, además implica responsabilidad para con los receptores de la información y escrupulosidad y rigor en el trabajo”. Se publica en el libro de Raymundo Riva Palacio: “Manual para un nuevo periodismo. Desafíos del oficio en la era digital”.

Fue un jueves, 30 de enero de 1969, cuando los (The) Beatles dieron su último concierto como banda de rock and roll. Fue un día típico de la capital británica en la época invernal, frío, seco, con una temperatura que calaba los huesos y entumía las manos. Fue en el número 3 de la calle de Savile Row, perteneciente a un céntrico distrito de Londres en donde el célebre cuarteto tenía la sede de las oficinas de su disquera Apple y su estudio de grabación. Todo fue improvisado, los años de la taberna ‘The Cavern’ habían quedado atrás, ya eran conocidos y escuchados en todo el mundo –eran más conocidos que Jesucristo- y los hijos, las esposas –Yoko Ono había irrumpido de improviso sembrando la discordia, según algunas versiones-, la guerra de las vanidades, las discusiones acaloradas y las ansias de cada uno de hacer su propia historia a través de su música y la manera de concebir al género rockero, impulsaron a la legendaria banda a grabar su último disco y película ‘Let it be’ (1970). Ahí quedaron para la posteridad las grabaciones de la mítica agrupación audicionando en la azotea del vetusto edificio, acompañados en el piano eléctrico del ‘quinto’ beatle, Billy Preston y como su arreglista y manejador de cabecera, Sir George Martin. Al final del concierto, Lennon dijo: “Me gustaría dar las gracias en nombre del grupo y de nosotros mismos, y espero que hayamos pasado la audición". En la sesión que duró 40 minutos, grabaron: Get Back, Don't Let Me Down, I've Got a Feeling, One After 909, Dig a Pony y Let it Be. Hoy, medio siglo después, lo que fue la sede de Apple Records es una tienda de ropa para niños. El que escribe este recuerdo, rememora emocionado y con los ojos humedecidos cuando vio la película en el no menos mítico y céntrico cine Isabel del pueblo que lo vio nacer, allá por el 71 o 72, a la tierna edad de los 12 o 13 años. Foto de "Animal Político". Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.

De chavo, cuando acompañaba a mi padre en los viajes que con frecuencia hacía a Xalapa para atender asuntos laborales de su gremio, uno de los lugares en donde recurrentemente le gustaba hacer una escala técnica después de haber degustado un café acompañado de una canilla en La Parroquia de Zaragoza, era precisamente en la tienda de ultramarinos finos y vinos de la esquina de Ignacio Zaragoza y Sebastián Camacho, la famosa y emblemática ‘La Naval’, que el 19 de mayo de 2021 cumplió sus primeros 62 años de legendaria vida constituida ya como un símbolo que queda de lo que fue el Xalapa de antaño, y que ha perdurado, como diría Víctor Manuel: “… levanto la vista y me encuentro con ella / y ahí está, ahí está, ahí está / viendo pasar el tiempo, La Naval”. Y es que se dice fácil, pero 62 años son ¡62 años!, no son cualquier cosa. En esa cantidad de años la tienda que Ángel Roberto Fernández Segura heredó de su padre Ángel Fernández González, natural del pueblo de Villaverde, Oviedo, Asturias, que llegó a México para hacer la América un lejano 20 de noviembre de 1927, acicateado por otros parientes que ya habían sentado sus reales en el Xalapa de las postrimerías de la Revolución Mexicana. ‘La Naval’ de hoy, ha dejado atrás las viandas y latería fina que le dieron renombre a la tienda en aquellos años en que estuvo a cargo del primer Ángel y de otros parientes para convertirse hoy, sin menoscabo de la tradición y antecedentes, en un centro cultural en donde se puede tomar lo mismo un buen café, saborear los famosos cuernitos que han hecho época o los pambazos de frijoles con chorizo, y si lleva gusto jugar al ajedrez, backgammon, leer un libro de tango para aprender lunfardo o ver una película en su cine club al que suelen asistir los amantes del buen cine. Y hay que decirlo, además de disfrutar de la buena charla de Ángel, que es un ingeniero químico egresado de la Escuela de Ciencias Marítimas y Alimentarias del Tecnológico de Monterrey, campus Guaymas en el estado de Sonora. Don Ángel señor falleció en 2005 dejando tras de sí una gran historia. Lo escribió en 2021 Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.

Destaco cuando menos dos cosas en la que amigos que me han escrito sobre Sidnay Poitier en las que tienen toda la razón por sus observaciones: fue un actor que rompió con las barreras raciales en el Hollywood del siglo pasado y, efectivamente, Sidney Poitier no solamente actuó en las dos películas mencionadas en la anterior entrega, fue protagonista de otros grandes filmes. Desafortunadamente el cine de Hollywood llegó tardíamente para un servidor. 'Al maestro con cariño' la recuerdo como la primera película en donde un actor negro tenía un papel protagónico. Para ese entonces, no había visto otras grandes producciones con actores de color. Por mencionar solo dos, 'Casablanca' (1939) y 'Lo que el viento se llevó' (1942). De hecho la primera actriz negra que ganó un Oscar fue Hattie McDaniel por su papel de graciosa sirvienta de la racista y poderosa Scarlett O’Hara. Debieron pasar muchos años para que las personas de raza negra dejaran de tener papeles secundarios en el cine hollywoodense: camareros, bufones, boleros, sirvientes, cómicos, etcétera. Por supuesto que hubo excepciones, pero los papeles de segundo plano eran la generalidad. La idea que yo quise transmitir en la primera entrega, es que Sidney se convirtió en el primer gran actor de color en destacar y convertirse en una gran estrella cinematográfica. Y esa posición se la dio el papel de ese abogado de buena posición que encarna en 'Adivina quién viene esta noche' de Stanley Kramer, con el que ya había trabajado en  'Fuga en cadenas' (1959). Esta película la vine a ver muchos años después, ya de adulto, en un ciclo de cine, en la Cineteca Nacional. En este film Sidney encarna a un preso que huye de prisión encadenado a un excelso Tony Curtis interpretando a un delincuente racista y déspota. Pero son esas imágenes de doctor, abogado, psiquiatra o maestro de escuela las que se me han quedado en la memoria y han roto con los estereotipos, dándole un poderoso sentido y fuerza social a las películas en las que intervino. Así podría hablar de papeles memorables que ahora se me vienen a la mente, como ese detective enfrentado a los violentos prejuicios de la policía sureña norteamericana en el filme de Norman Jewison 'En el calor de la noche' (1968), Rod Steiger como coprotagonista. >Con su deceso concluye una etapa de lucha en contra de los prejuicios raciales y la equidad social. El actor se salió de los cánones con los que la industria marginaba a los actores de color, rompió tabúes y abanderó las causas sociales en los Estados Unidos de las décadas de los 50 y 60. Lucha que en cierto sentido continúa en el Hollywood actual, pero ya no precisamente por cuestiones raciales. Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.

1) "Tú nunca entenderás lo que te quiero.. Porque duermes en mí y estás dormido.. Yo te oculto llorando perseguido.. Por una voz de penetrante acero.. Norma que agita igual carne y lucero.. Traspasa ya mi pecho dolorido.. Y las turbias palabras han mordido.. Las alas de tu espíritu severo... Grupo de gente salta en los jardines.. Esperando tu cuerpo y mi agonía.. En caballo de luz y verdes crines.. Pero sigue durmiendo, vida mía.. ¡Oye, mi sangre rota en los violines!..¡Mira que nos acechan todavía!". 2) "Verte desnuda es recordar la tierra.. La tierra lisa, limpia de caballos.. La tierra sin un junco, forma pura.. Cerrada al porvenir; confín de plata... Verte desnuda es comprender el ansia.. De la lluvia que busca el débil talle.. O la fiebre del mar de inmenso rostro.. Sin encontrar la luz de su mejilla... La sangre sonará por las alcobas.. Y vendrá con espadas fulgurantes.. Pero tú no sabrás dónde se ocultan.. El corazón de sapo o la violeta... Tu vientre es una lucha de raíces.. Tus labios son un alba sin contorno.. Bajo las rosas tibias de la cama.. Los muertos gimen esperando turno".

Ventana de la máscara de plata Era de madrugada. Bostezó largamente. Elevó el brazo izquierdo a la altura de sus ojos. Miró su reloj. Las ávidas flechas fosforescentes marcaban las tres de la mañana. No podía dormir. El calor de la canícula hervía en la habitación como en un caldero de demonios. La obscuridad era lodo negro de un profundo pantano. Sólo la luna mojaba de luz su cara, la hacía brillar como en un incierto carnaval nocturno. El fuerte resplandor colgaba en su abatido rostro una somnolienta máscara de plata. El insomnio estaba de fiesta. Manuel Antonio Santiago. Foto de Víctor León.

Dos recordados comediantes, Manuel "Loco" Valdés y Hector Lechuga, hacían una pintura de humorismo blanco muy recordado por este francotirador. ‘Ensalada de locos’, que pasaba por el canal 2 a principios de los 70. Bueno, y no me da pena volver a decirlo, y lo repetiría las veces que fuera, el que escribe, de alguna manera es producto de la televisión mexicana, la comercial y la cultural, que en aquellos años la hacía el Estado. Mi cultura no es ajena a la televisión, me ayudó a formarme un pensamiento crítico. Y que este preámbulo sirva para decir que en agosto de 2020 murió uno de los íconos de verdad de la pantalla chica que abarcó cuatro décadas, de los años 50 a los 90, me refiero a Manuel Valdés, más conocido por el mote de ‘el Loco’, que lo volvería inmortal para la memoria de muchos como yo que lo recuerdo gratamente. ‘El Loco’ se ganó un lugar en el mundo de la televisión mexicana con programas como ‘Variedades del medio día’, en los ya muy lejanos 50, ‘Operación Ja Ja’; ‘Ensalada de locos’ al lado de Héctor Lechuga y Alejandro Suárez; ‘El show del Loco Valdés’ y ‘Variedades de media noche’. No está de más decir que Manuel fue hermano de los también actores Germán y Ramón Valdés, pero sobre todo se distinguió por su locuacidad, sus múltiples caras y gestos, por ser un extraordinario bailarín y por su capacidad para improvisar. Lechuga, Suárez y Valdés fueron de alguna manera los reyes del sketch humorístico. Siento pena por la partida del ‘Loco’, me divertí mucho con sus interminables ocurrencias, pero también fue un gran cantante de boleros. Dejo aquí su inolvidable interpretación de ‘Pichicuás’ y de pilón ‘Llegaron los gorrones’, ambas de Chava Flores. En paz descanse el recordado ‘Loco’:  https://www.youtube.com/watch?v=nu72vOYSOAA  Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal. Foto de You Tube.

1) "El poder es el afrodisíaco más fuerte": Henry Kissinger. 2) "El político debe tener: amor apasionado por su causa, ética en su responsabilidad, mesura en sus actuaciones": Max Weber. 3) "El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ocurrió lo que él predijo": Sir Winston Churchill. 4) "Un amigo en el poder es un amigo perdido": Henry Brooks Adams. 5) "La libertad política es la condición previa para el desarrollo económico y el cambio social": John F. Kennedy. 6) "En política lo importante no es tener la razón, sino que se la den a uno": Konrad Adenauer.  7) "Del mismo modo que nunca sería un esclavo, tampoco sería un amo. Esto expresa mi idea de la democracia": Abraham Lincoln. 8) "La política es como las matemáticas: todo aquello que no está totalmente correcto, está mal": Edward Kennedy. 10) "En política si quieres que algo se diga, pídeselo a un hombre; si quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer": Margaret Thatcher.

No me gusta vivir del pasado, pero me gusta recordar, lo bueno y lo malo, pero sobre todo lo primero. El día que me olvide del pasado seguramente ya no estaré presente. De la olimpiada del 68, por ser un acontecimiento extraordinario en la vida de este país, me acuerdo de muchas cosas que guardo celosamente en mi memoria, desde el día que Enriqueta Basilio encendió el pebetero olímpico, hasta a los cadetes de los heroicos Colegio Militar y de la Escuela Naval Militar desfilando, una con el Lábaro Patrio extendido y, la otra, con la bandera del Comité Olímpico Internacional, marciales los cadetes, como debía ser, desfilando orgullosos, ¡las fanfarrias!, compuestas por Carlos Jiménez Mabarak, ¡cómo olvidar esas cosas!, pero hubo una competencia atlética en donde se impuso un récord mundial que, en su momento, fue considerado imbatible, y de hecho así fue por más de veinte y tantos años. Se trataba del récord que impuso el estadounidense Bob Beamon en la prueba de salto largo, el hombre saltó la bárbara distancia de 8.90 metros, más del frente de un lote de interés social que es de 7.50 m., o sea la distancia de, más o menos cuatro coches estacionados en batería, uno al lado del otro. Fue hasta 1991 cuando otro norteamericano, Mike Powell, derribó el récord de Beamon en el campeonato mundial de atletismo de Tokio, Japón, con un nuevo WR de 8.95 m., techo que, por supuesto sigue vigente hasta nuestros días. Les dejamos para que recuerden las ’fanfarrías’ de México 68 del maestro Jiménez Mabarak: https://www.youtube.com/watch?v=KbnZpuQXCDA Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.