Si tuviéramos que escoger a nuestras 10 canciones preferidas de todos los tiempos en la historia del rock and roll, sin duda la selección sería difícil, pero, invariablemente colocaríamos dentro de las primeras 5 a esta canción del grupo norteamericano Toto que data de 1982 y que formó parte de su álbum más clásico, Toto IV, que es un compendio de muy buena música y que todo melómano, ¡que todo buen melómano! debería tener en su discoteca personal!. Africa tiene muchas virtudes como una buena rola, desde los arreglos, los acompañamientos, la voz del tecladista David Paich, los coros y la ¡letra!, la letra es un poema de canción: Detuve a un anciano en el camino/esperando encontrar palabras olvidadas hace tiempo o antiguas melodías/Se volvió hacia mi como para decirme, “apresúrate muchacho, están esperando allá por tí".  Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.

No hay experiencia más grata, al menos para un servidor, que observar el cielo despejado en una noche de estrellas. Entre la escuela secundaria y los primeros años de la prepa, solía ir con mucha frecuencia de campamento, pertenecía en aquel entonces a un grupo de voluntarios juveniles que dependían de la Cruz Roja Internacional (Red Cross Youth) y solíamos ir, como comúnmente se le llama, de campamento. Es de los mejores y más gratos recuerdos que tengo de esa etapa de mi vida, con todo y lo que eso conllevaba: fogata, casa de campaña, auto proveerte de tus alimentos, y la convivencia juvenil es lo que poéticamente se ha dado en llamar una ‘experiencia religiosa’ por lo que concierne a estar en contacto directo con la naturaleza, pero también por la oportunidad que uno tiene en una noche despejadas, observar en toda su magnitud el cielo estrellado y cómo de repente, lo atravesaba una estrella fugaz, instantes del misterio de espacio que apenas lograba uno a registrar precisamente por su fugacidad. Las madrugadas de antes de antier, antier y la de hoy se pudo observar en el cielo este fenómeno que nos es otra cosa que polvo sideral atravesando la barrera de nuestra atmósfera. Ahí he estado pendiente del cielo, las he podido observar, no con la frecuencia que hubiese querido, pero las pocas que he visto son un espectáculo por desgracia instantáneo pero no por eso menos espectacular. Lo escribíó Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.  

1) Bordas de hielo. "Vengo a verte pasar todos los días.. Vaporcito encantado siempre lejos.. Tus ojos son dos rubios capitanes.. Tu labio es un brevísimo pañuelo.. rojo que ondea en un adiós de sangre... Vengo a verte pasar; hasta que un día.. Embriagada de tiempo y de crueldad.. Vaporcito encantado siempre lejos.. La estrella de la tarde partirá... Las jarcias; vientos que traicionan... Vientos de mujer que pasó.. Tus fríos capitanes darán órdenes.. Y quien habrá partido seré yo". 2) Me desvinculo del mar. "Me desvinculo del mar.. Cuando vienen las aguas a mi... Salgamos siempre. Saboreemos.. La canción estupenda, la canción dicha.. Por los labios inferiores del deseo.. Oh prodigiosa doncellez.. Pasa la brisa sin sal... A lo lejos husmeo los tuétanos.. Oyendo el tanteo profundo, a la caza.. De teclas de resaca... Y así diéramos las narices.. En el absurdo.. Nos cubriremos con el oro de no tener nada.. Y empollaremos el ala aún no nacida.. De la noche, hermana.. De esta ala huérfana del día.. Que a fuerza de ser una ya no es ala".

Si mis manos pudieran deshojar. "Yo pronuncio tu nombre.. en las noches oscuras.. cuando vienen los astros.. a beber en la luna.. y duermen los ramajes de las frondas ocultas... Y yo me siento hueco de pasión y de música.. loco reloj que canta.. muertas horas antiguas... Yo pronuncio tu nombre.. en esta noche oscura.. y tu nombre me suena.. más lejano que nunca.. Más lejano que todas las estrellas... y más doliente que la mansa lluvia... ¿Te querré como entonces alguna vez?.. ¿Qué culpa tiene mi corazón?.. Si la niebla se esfuma.. ¿qué otra pasión me espera? ¿Será tranquila y pura?.. Si mis dedos pudieran deshojar a la luna".

Lo confieso, irremediablemente, en la época de mi juventud tardía (cuando estaba dejando de ser un adolescente para entrar a la adultez), digamos que cuando rondaba los 16-18 años, había dos personajes que cuando soñaba despierto me decía a mí mismo: ‘¡Híjoles, cuando sea grande quiero ser como alguno de estos dos tipos’!, y por un lado estaba la figura harto flemática del agente secreto 007 (Al servicio de su Majestad) James Bond y, por la otra, la de un hombre que por muchas razones que no viene al caso comentar aquí –se los dejo a su imaginación-, era algo así como mi héroe personal, Hugh Hefner, sobre todo cuando salía fotografiado ataviado como casi siempre, con su bata de estar de seda color púrpura y solapa negra, y rodeado por un ramillete de chicas hermosas, a la sazón ‘playmates’ de su afamada revista Playboy, ¡ufff!. Por favor no me vayan a tildar de insensato, son cosas de la vida, cuando volteo hacia atrás lo atribuyo al ímpetu irrefrenable que muchos tenemos a esa edad, por fortuna mi visión cambió en cuanto a estereotipos, y es que el 9 de abril de 2016 justamente Hugh Hefner, el fundador de la tal vez más icónicas de las revistas, Playboy, cumplió 91 años y 64 su magazine, notable por donde se le quiera ver. Ya lo he dicho aquí en otras ocasiones, el material fotográfico que aparecía en sus páginas centrales era una razón más que suficiente para adquirir la revista, pero aunque no lo crean no era necesariamente lo más importante, a través de ella aprendimos mucho de la literatura del siglo XX y conocí a grandes autores, desde Henry Miller, Mailer, Capote, García Márquez y Murakami, y también por Playboy se nos acrecentó el gusto por el cine, el teatro, la música, el arte y los temas culturales en general. Estamos hablando de una revista que ayudó a cimentar en el mundo occidental la idea primaria de la revolución sexual a partir de su aparición en la segunda parte del siglo XX, que nos ayudó a ver temas tabú con naturalidad, sin mayores inhibiciones, además Playboy estaba editada con una calidad superior. Hefner ya no pudo llegar a los 92 años. Lo escribió en 2016, Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal. Foto de "New York Times"..

En aquellos años pretéritos, estamos hablando de mediados de los ochenta, o sea ya hace algunos años, era –y sigue siendo- un lugar común ir a comer en la capital a los famosos “botaneros”. De hecho un servidor lo más parecido que conocía eran las cantinas, más eufemísticamente llamados bares, había emigrado de la CDMX en donde esos lugares son verdaderos templos del buen beber y del buen comer –cuando pasa uno enfrente de ellos mínimo hay que santiguarse y en una de esas hasta hincarse-: “El Nivel”, catalogada como la más antigua de la CDMX; “La Ópera”, famosa porque aún aloja un balazo de Pancho Villa en una de sus paredes; “La Montejo”, muy cerca de la Universidad Lasalle en Benjamín Franklin; “La Polar” en el Circuito Interior y el “Gante”, en la calle que lleva el mismo nombre, y para qué le sigo porque van a tildar al que esto escribe de sibarita, la cosa es que en Xalapa empezamos a descubrir esos lugares en los que con una cerveza le sirven a uno una botana muy típica, fue entonces cuando descubrimos el famoso “Veinte”, que está ubicado en la calle de Miguel Alemán 20 y que para no quebrarse mucho la cabeza le pusieron por nombre el número de su domicilio. En aquellos años el “Veinte”, que se me perdone la expresión, era una cantina más bien con facha de cantinucha por la que no daba uno ni un tostón por ella, pero bueno, la cosa era “explorar”, y la primera vez que fuimos ¡qué grata sorpresa!, a la primera chicha que pedimos que nos sirven un caldito (texmole) rojo de puerco, picoso, delicioso, acompañado de sus respectivas tortillas; después, a la segunda güera, te hacen llegar uno o dos tacos dorados de papa o pescado con su respectiva lechuga, crema y queso espolvoreado, pero eso es nada más como abrir boquete, el “Veinte” tiene servicio a la carta con platillos que se han vuelto un emblema de la comida del mediodía: cecina con frijoles refritos y rodajas crudas de chile jalapeño y cebolla con sal y limón; el queso fresco o tipo jarocho frito, servido igual con la misma guarnición y tortillitas, y de ahí una carne enchilada hasta una mojarra al gusto. Hoy el “Veinte” ya no es más lo que fue, ya dejó atrás ese sabor como de barrio y se ha convertido en un lugar hasta “elegantioso”, pero sigue conservando ese sazón en sus platillos único en Xalapa que siempre deja satisfechos a sus comensales, ¡ahh, y una cosa más!, siempre encuentra uno a buenos amigos con los que se ha coincidido a lo largo de todos estos años con los que se disfruta más la visita al famoso “Veinte”. Lo escribió, en 2018, Marco Aurelio González Gama, directivo de "Crónica del Poder". Foto de Facebook.

1) "Sólo tengo una lámpara que guía mis pisadas, es la lámpara de la experiencia": Patrick Henry. 2) "La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado": José María de Pereda. 3) "La experiencia es un sabio hecho a trompicones": Ramón de Campoamor. 4) "La experiencia es el mejor de los maestros, sólo que la matrícula es muy pesada": Thomas Carlyle. 5) "Entre hombre y hombre no hay gran diferencia. la superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia": Tucícides. 6) "La experiencia no es lo que le sucede a un hombre, sino lo que ese hombre hace con lo que le sucede": Aldous Huxley.

Cuando falleció Sean Connery recordaba cómo, dentro de ese conocimiento (inútil) que va uno acumulando con el paso de los años –que no necesariamente es cultura, ojo-, me fui volviendo un fanático de la música, digamos que de las bandas sonoras y de lo que se llama el tema de amor (o principal) de la saga de las películas del más célebre agente secreto del mundo al que todos conocemos como James Bond. Es así que me aficioné a todos sus gadgets, autos (desde los Aston Martin, pasando por el Mustang Match 1 hasta el impactante auto submarino), su elegante forma de vestir y de seducir a las damas –cosa que me hacía ver como un wannabe extremadamente ingenuo-, de los escenarios de sus películas, que eran como paisajes de ensueño hasta sus temas musicales que salían al principio de las películas enmarcando la famosa escena en donde el agente va caminado y de repente gira para disparar a un imaginario y amenazante blanco que de inmediato se tiñe de rojo. Toda la música es inolvidable, desde el clásico tema del Agente 007 que dio inicio a la saga con el satánico Dr, No,  usted lo recordará, el del solo de requinto. O cómo olvidar las interpretaciones, dos, de ese portento de cantante que es Shirley Basey. Su voz enmarcó a ‘Goldfinger’ (1974) y a ‘Diamonds are Forever’ (1974), pero además la galesa en su juventud era una mujer impresionantemente bella, hoy a sus 83 años sigue siéndolo y conservando esa potente voz. Y después vendrían otras como ‘Thunderball’ (1965) con Tom Jones, ‘Skyfall’ (2012) con ese dulce llamado Adele; ‘Writing’s on the Wall (2015) interpretada por el cantante británico Sam Smith. Estos dos temas se llevaron en sus respectivos años los premios Oscar y el Golden Globe. Por último mencionaría a ‘Vive y deja morir’ (Live and Let Die, 1973), escrita e interpretada por Paul McCartney y su banda (Wings). Uff, recordar es vivir. ¿Habrá alguien que no sea fan de estas canciones? Foto de "Pinterest". Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.

En el tema del feminismo, ahora le toca a Christina Hammock Koch (Carolina del Norte, EE UU, 2 de febrero de 1979), que es una astronauta estadounidense (generación 2013). Ha roto todos los récords de permanencia en el espacio para una mujer. Chequen ustedes nada más estos datos. Estableció un récord para el vuelo espacial de mayor tiempo en la historia de una mujer astronauta. El primer viaje de Koch al espacio se convirtió en una misión de 328 días en la que orbitó la Tierra 5 mil 248 veces, es decir, un viaje de ¡139 millones de millas (223,698’260,000 kilómetros)! Aproximadamente el equivalente a 291 viajes a la Luna de ida y de regreso. Por si fuera poco, dirigió y apoyó más de 210 investigaciones en la estación espacial, participando como voluntaria en investigación para observar los efectos de los vuelos espaciales de larga duración en las mujeres. Un proyecto de investigación en particular en el que Koch participó, es la investigación de la fuerza vertebral para definir mejor el alcance de la degradación ósea y muscular de la columna vertebral inducida por los vuelos espaciales y el consecuente riesgo asociado de vértebras rotas. Se espera que este esfuerzo proporcione información sobre el desarrollo de la medicina, sobre todo la medicina preventiva y el ejercicio físico. https://go.nasa.gov/36E40MZ. Tomado de Mark García (6 de febrero de 2020). Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.

LAS CARICIAS De algunos, los más hábiles, me ha gustado la ansiedad con que buscaron, sin hablarme, para así pulsarlas dulce y sabiamente, las pequeñas cuerdas finas y escondidas. De otros, los más crueles, gocé más los besos lentos, insaciables y febriles, que me han dado la impresión de que mi vida se escapaba entre sus labios hecha sangre, aliento, ensueños, queja, lágrima y suspiro. Más de todas las caricias, la más dulce, la que no he de olvidar nunca, fue la tierna caricia de tus ojos compasivos, al besarme las pupilas asombradas, mientras ibas tú franqueando las dos puertas en las cuales nadie nunca había llamado... Lo subió Iván Hernández Gutiérrez al Facebook. Foto de "Monografías".